Con la llegada del frío en mi casa se encendía el brasero. El simple hecho de hacerlo era todo un ceremonial. En el patio de casa se prendía el carbón y se iba abanicando para que el aire favoreciese el encendido del mismo, luego con un papel de plata que se colocaba encima parecia que le daba vida a las brasas . Que tiempos aquellos recuerdo del olor a carbon los dias de frio en la camilla y escuchar quien
hecha ´´ una firma ´´ remover las brasas .
Creo recordar que en Sanlucar habia algunos carboneros que se dedicaban a la venta de picon y carbon que pregonaban por las calles .
El tiempo transcurrió y llegaron los braseros eléctricos, pero eso no impidió que todos echáramos de menos el acogedor calor de aquel tradicional brasero de carbón.Sin tantas cosas modernas actuales de hoy..., si te pones a pensar, en aquellos tiempos cuánta horas se reunia la familia al rededor de la mesa camilla y alguno decia huele a goma quemada , señal de que algun zapato se arrimaba demasiado al brasero.
Hola Imanol,
ResponderEliminarGracias por pasara por mi blog y dejar tus comentarios.
Veo que para Uds. comienza el tiempo riguroso. Y me preguntabas por acá. Estamos en primavera, aunque algo menos calurosa que lo acostumbrado. Y con mucha lluvia!
La fotos de la Patagonia son de un enero de hace 2 años. Me alegra que te gustaran.
Saludos desde Argentina
Elisa
Y cómo calentaban de bien, Imanol, aquellos braseros. Los de mi casa tenían la tapa cubierta y con agujeritos y era de latón brillante. Sentarse ala camilla, arroparse las piernas con las faldas de la camilla y empezar a sentir el calorcito del brasero era un placer que hoy ya hemos olvidado. Gracias por traernos estos recuerdos a la memoria, en tan buen soporte.
ResponderEliminarPaso hoy de nuevo desde 5 Links.
ResponderEliminarTe mando saludos desde Argentina.
Buen fin de semana
Elisa
Me encanta estas fechas. Me voy, con la familia, a nuestro pueblo(Cheles -Extremadura) donde aún nos calentamos con brasero. Mi suegro todas las mañanas lo hace y ya no lo deja apagarse en todo el día. Saludos.
ResponderEliminarSevilla sueña la gracia
ResponderEliminarDe las cosas que se fueron
... bajo el puente de
Triana
el río ya no es marinero
Se perdieron muchas cosas
Lo baúles y morteros
... las palanganas de loza
la paleta y el brasero
Mi Sevilla encantadora
Se fue con nuestros abuelos
... la siesta en la
mecedora
mientras cantaba el
jilguero
Cuántas cosas se perdieron
Cruz de mayo engalanada
... los bautizos corraleros
y el pianillo en las
veladas
De mi Sevilla juncal
Se perdieron tantas cosas
Y que ya no vuelven más
Niña se perdió la onza
Y el tazón de manteca colorá
Unas sevillanas de Cantores de Híspalis, que dicen mucho de tantas cosas que se fueron.
Un saludo amigo Imanol.